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Salvar el alma de un pecador,
debe ser mucho más complicado que disecar una iguana.
El esqueleto de la Señora Morales (1960)
Se dice que se originó en la actividad de los naturalistas, que comenzaron a realizar un registro de las especies animales durante sus viajes de exploración científica. Se cree que fueron los cazadores al considerar algunas de sus presas como “trofeos” y se comenzó a practicar una técnica de conservación de esas piezas cuyo auge fue en el siglo XIX. La Taxidermia, proviene del griego taxis, arreglo y dermia, piel; es llamado el arte de disecar los animales muertos con la apariencia de vida.
Fueron los tapiceros de muebles quienes, con limitada asepsia, comenzaron a disecar los “trofeos” de cacería. La práctica fue muy atractiva pues permitía a la mayoría de las personas conocer especies de diversas criaturas en su forma original. Aunque los zoológicos ya existían en varias partes del mundo, la taxidermia reproducía las posturas y actitudes que un animal tiene en su hábitat. Los museos de historia natural promovieron esta actividad para ofrecer un estudio más profundo de la fauna salvaje.
Por aquella época no se creía que la extinción fuera algo posible, los cazadores eran los proveedores del comercio de pieles, marfil, carne y diversos productos que se obtenían de los animales. Aunque la cacería se sigue practicando como negocio y deporte, algunos aficionados se han sensibilizado y recurren a la taxidermia para preservar los últimos ejemplares de las especies que escasearon desde principios del siglo XX. Comenzó también una actividad más consciente y legalizada que pretende ayudar a preservar ciertos animales amenazados en reservaciones para restringir la extinción.
La forma como se realiza la taxidermia hasta nuestros días fue invención del estadounidense Carl Akeley que utilizaba desinfectantes, desollaba a los animales para cuidar la piel, cocía los huesos, componía armazones de alambre para crear las actitudes y rellenaba el cuerpo con tela y paja. También utilizó arcilla, papel maché para reproducir músculos, venas y así lograba la precisión anatómica, posteriormente colocaba las expresivas piezas en dioramas que recreaban el entorno de aquel animal otrora vivo.
Este marco narrativo perdura hasta nuestros días en los museos dedicados a la naturaleza para ofrecer información acerca de los animales y sus orígenes. Para Akeley era inminente que la ambición de los cazadores no podía evitar la extinción de varias especies, así que reconoció que su labor ayudaría de alguna manera a que se supiera de su existencia y su estudio para las futuras generaciones.
Sin embargo, también existió el caso del británico Walter Potter, un taxidermista famoso por sus tableros de múltiples mascotas disecadas. Lo que comenzó como una investigación científica y continuó con satisfacer el deseo de algunas personas de preservar a sus mascotas, se convirtió en una extraña práctica de un gusto muy peculiar. Potter recopilaba crías de animales pequeños como ratones, aves o gatos para para crear un diorama en donde los animales aparecían en actitudes y expresiones humanas, como tomar el té, en una fiesta o dentro de una escuela. Después de rigurosos procedimientos taxidérmicos fueron expuestos, según afirmaba, para causar “ternura a los espectadores”, su actividad fue muy cuestionada y calificada de alta crueldad hacía las crías de animales que sacrificaba de sus propias mascotas o que robaba para sus actividades.
La técnica actual de la taxidermia es crear una escultura realizando un cuerpo artificial de poliuretano idéntico al original recreando la musculatura y forma interna una vez terminado se procede al montaje de la piel sobre el mismo, recreando con especial cuidado las expresiones y rasgos faciales para que cobre nueva vida. Las partes blandas son desechadas por su potencial de putrefacción y se conservan algunos huesos.
En nuestros días los defensores de la naturaleza reprueban esta actividad pues afirman que, para evitar la extinción de las especies, lo conveniente sería acabar con la cacería. Existen organizaciones que defienden la caza deportiva porque apoya a las comunidades pobres y ofrece incentivos para la conservación de las especies. Para conocer más de este tema visita.
Sin duda la taxidermia es una actividad que genera polémica y se sabe que estos especialistas también preparan esqueletos o cuerpos humanos para su estudio en las escuelas de medicina en lo que se ha llamado la taxidermia humana. A principios del siglo XXI el científico alemán Gunther Von Hagens se hizo famoso por su proceso de Plastinación, por medio del cual se extrae el agua de un cuerpo y después de un largo método de conservación, se sustituye por una solución plástica endurecible. Su experimento tomó más de diez años hasta que pudo “plastinar” el primer cuerpo humano y ha causado gran asombro en todo el mundo.
Según Von Hagens, también llamado “Dr. Muerte”, su trabajo contribuye grandemente al estudio de la medicina y al ser accesible a todas las personas, ofrece una mejor comprensión de la salud y la anatomía, pues hasta hoy su trabajo se exhibe en la famosa exposición itinerante Body Works y en documentales de televisión donde también ha presentado autopsias para preparar su trabajo.
El Plastinarium, en Guben, Alemania, es un centro de investigación educativa y donde se realiza la “plastinación” de cuerpos humanos, de especies animales y cuenta con médicos y científicos colaboradores donde se aprecia la obra de Von Hagens y a diario reciben cientos de solicitudes de personas que desean como última voluntad que su cuerpo sea sometido a ese procedimiento para heredarlo a la ciencia. Para saber más de este interesante experimento visita:
https://www.vice.com/amp/es/article/wd9x3n/taxidermista-humanos-1603
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https://www.sanangelmemorial.com.mx/planes-a-futuro
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