Cuando alguien se va y queremos expresar nuestro pesar o tender una mano de amistad y consuelo a sus dolientes, por lo general se nos viene a la cabeza la imagen de flores. Son símbolo de respeto y cariño. Una forma más de honrar sobriamente la memoria de quien se está despidiendo y, de algún modo, de enviar un mensaje de que la vida continúa.
Regalar ramos o coronas, y adornar tumbas y mausoleos con arreglos florales es una tradición muy anclada en nuestra sociedad, como en muchas sociedades en el mundo. Además, es una costumbre muy, muy antigua. Investigadores de la Universidad de Haifa en Israel hallaron restos de plantas de colores y hierbas aromáticas en tumbas de la cultura Natufiense (ubicada en la zona del Mediterráneo oriental) de la Edad de Piedra, hace entre 13.000 y 9.800 años a.C.
Incluso recientemente, en España, se descubrió una tumba de nicho del Paleolítico acompañada de flores fosilizadas. Ese funeral ocurrió hace muchos años… los estudios arrojan que unos 16.000. Un caso más que se suma a las pruebas existentes sobre la antigüedad del uso de flores en los ritos funerarios … los estudios arrojan que unos 16.000.
Un caso más que se suma a las pruebas existentes sobre la antigüedad del uso de flores en los ritos funerarios. Lo interesante es que no solamente lo hacían para adornar, existe un motivo útil que explica esta práctica.
Se ha descubierto que se usaban flores para neutralizar los olores del cuerpo en descomposición. Tiempo atrás era común que los cadáveres permanecieran varios días a la intemperie, incluso en climas calurosos. Los expertos cuentan que en muchas culturas antiguas no contaban con técnicas para embalsamar, y así retrasar el natural proceso de un cuerpo sin vida. Así que optaban por encender incienso y envolver el cuerpo enflores aromáticas.
Se ha descubierto que se usaban flores para neutralizar los olores del cuerpo en descomposición. Tiempo atrás era común que los cadáveres permanecieran varios días a la intemperie, incluso en climas calurosos. Los expertos cuentan que en muchas culturas antiguas no contaban con técnicas para embalsamar, y así retrasar el natural proceso de un cuerpo sin vida. Así que optaban por encender incienso y envolver el cuerpo enflores aromáticas.
Pero no todos los credos emplean flores en estos contextos mortuorios. En el judaísmo, por principio, no se llevan flores a los funerales debido a que es una forma de diferenciar la pobreza de la riqueza. Y una de sus máximas enfatiza que todos los judíos son iguales, la muerte es vista igual para todos, más allá de las diferencias sociales, políticas o económicas.
Los budistas sí se rodean de flores a la hora de despedir a alguien de esta vida. Dentro de sus costumbres es natural enviar donaciones o flores a la familia del deudo. Más bien, lo que se considera inapropiado es regalar comida en estos eventos.
En el budismo, las flores tienen grandes significados. Bajo el árbol de Bodhi, el Buda alcanzó la iluminación. La flor de loto es símbolo de purificación del cuerpo, la mente y la palabra hacia la purificación. Así, entre los beneficios que esta filosofía otorga a las flores con buena salud, larga vida, belleza, fortaleza, progreso en el camino al Dharma, renacimiento y relaciones placenteras con las demás personas.
Un aspecto interesante de la religión católica, muy común en México, es el envío de coronas de flores como ofrenda a los muertos. Su forma circular simboliza, en su origen, que Jesús es el centro de todo, y que no tiene principio ni final: se nace, se vive, se muere y luego se resucita para regresar a él. Las despedidas latinoamericanas incluso cuentan con cruces, cirios y todo tipo de ramos florales.
Aunque todas las flores son bellas y muchos rituales funerarios son abiertos a la creatividad, existen preferencias.Las flores más empleadas para decir adiós son los crisantemos, los claveles, las margaritas, los gladiolos, las rosas y los lilium.
Por ejemplo, el crisantemo es la flor insignia del 'día de todos los santos'. De ahí que florece entre octubre y diciembre. Su corto periodo de floración se asemeja a lo efímera que es la vida. También se dice adiós rodeados de rosas, usualmente blancas o rosas. Quienes saben de flores, dicen que las rosas son inocencia, aprecio y agradecimiento. Cuando se usan de color rojo, simboliza una relación muy cercana con el difunto. Las blancas hablan de esperanza, pureza y promesa de trascendencia.
Una especie muy popular es el clavel. Regalarlo en un funeral habla de admiración y homenaje con la persona fallecida. Los gladiolos se encargan de expresar fuerza, sinceridad y recuerdos especiales, además simboliza la pureza.
La flor de cempasúchil, también llamada clavel chino o clavelón de la India, tiene gran valor simbólico en México para el día de muertos. Con ella se decoran las ofrendas y sus pétalos iluminan los caminos que deben seguir las almas hasta los altares.
Como sea, la intuición es la mejor alternativa para elegir cómo expresar lo que queremos en un funeral. A veces son las flores, quizás los abrazos, el silencio es elocuente, la mera presencia es cálida, o incluso las palabras en voz alta. No hay reglas para hacer homenajes desde el corazón.
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